6 de mayo de 2009
Carlos Arturo Lénis Hernández (PAYASO)
Después de haber estado hospitalizado durante dos largos y penosos meses, inicialmente en la ciudad Armenia (Clínica Central del Quindío y Hospital Departamental), luego en la Clínica El Valle De Lili de la ciudad de Cali, el pasado tres (3) de mayo, falleció CARLOS ARTURO LÉNIS HERNANDEZ (PAYASO).
CARLOS LÉNIS (PAYASO) nació hace 57 años en el Barrio Puyana, pedacito de Sevilla que nunca abandonó, allí pasó su niñez, su juventud y su vida de esposo y padre.
CARLOS era hijo del Señor PASTOR EMILIO LENIS y de la señora AURA CILIA HERNANDEZ, quienes actualmente viven en el Barrio Puyana.
CARLOS también vivía en el Barrio Puyana, con su esposa GLORIA ROMAN GARCÍA y su hija ANA KARINA.
CARLOS será recordado por todos sus amigos, especialmente por aquellos que lo acompañaron desde su niñez y su juventud por su fino y permanente humor, por su constante disposición de hacer pilatunas que hacían sonreír a las personas que lo rodeaban. Es que de las pilatunas no se le escaparon sus padres, sus hermanas su esposa, su hija, su suegra, sus cuñados y mucho menos cada uno de sus innumerables amigos.
Estando Hospitalizado en la ciudad de Armenia, lo visitó su gran amigo, JULIAN OCAMPO, quién como manifestación de su gran aprecio por un amigo le entregó el siguiente escrito:
PARA PAYA MI AMIGO DEL ALMA, MI AMIGO DE SIEMPRE.
En muchas noches de alicorada bohemia discurrimos sobre nuestra humana costumbre de expresar nuestros sentimientos cuando quién merece estas manifestaciones no está presente. Como hoy tu estas aquí y estas en franca recuperación quiero expresarte lo fuerte que es el lazo de amistad que nos une y el inmenso cariño que te tengo y además, dejar derramar, para ti, estas palabras pintadas de recuerdos.
Un día, de no se cuando, La Divina Providencia nos puso en el mismo camino y desde ese instante nuestros destinos se unieron para gozar y disfrutar nuestra existencia, porque tu vida, la mía y la de nuestros amigos (no los enumero para que no me falte ninguno) ha sido un permanente goce: jugamos todo lo que había y lo que pudimos inventar con lo que el medio nos brindó: escondidijo, guerra, diez, lanzamos trompo, toteamos bolas, tiramos cauchera , montamos carros de balineras, elevamos cometas, corrimos a los tubos, pegamos taponazos de desquite en fusilamiento, pescamos y nos bañamos en cañadas y ríos, pateamos pelotas y balones, desarmamos y armamos tantas veces nuestras bicicletas que por un milagro divino y a costa de su desbarajuste siempre nos sobraron piezas hasta el punto que casi completamos otra, nos burlamos de todo y de todos los que se nos pusieron: TABAQUERA, PEPEPEDRITO, DON RAFAEL Y LA MANCHU , LAS LOCAS OLIVA Y JUANA, EL SOÑADOR CANTANTE DEL CLUB DEL CICLAN, llamamos a hacer pedidos mentirosos al Almacén YA, solicitamos a los Bomberos despertar a las tres de la mañana a un vecino que no nos dejó echar cuentos verdes en el andén de su casa, en llamadas telefónicas nos hicimos pasar como los novios de nuestras amigas, enviamos complacencias a nombre de parejas que sabíamos peleadas, amarramos caballos en las agarraderas de las puertas etc. Ya mayorcitos pero creyéndonos experimentados jugamos a ser viejitos: en las tiendas de Don Martín y Don Noé y en el Despachito aprendimos a jugar billar, fierro y treinta y una, tomamos cerveza y aguardiente, sufrimos juntos por amores imposibles; nos metimos a escondidas en bulliciosos bares y “pecaminosos burdeles” (eso decían nuestros padres, sería que los conocían?) , recorrimos miles de veces: La Fuente , Mi Sevilla, El Salón Social buscando sin esperanzas una novia para el momento, aprendimos a bailar en Fundadores para poder tirar paso en los Arrieros, probamos el amor sin amor a cambio de unos pesos, cuidamos casas que el fin de semana las convertimos en bebedero, hasta que, sin saber ni como, ni cuando, ni porque, nos llegaron las responsabilidades y con ellas el “TATEQUIETO” pero ni así nos aliviamos del mal de siempre: ANDAR TODOS JUNTOS PARA JODER Y SACARLE GUSTO A LA BOHEMIA. Por todo esto nadie nos quita lo BAILAO.
PAYA. Quiero hablarte de esa Divina Providencia que nos puso en el mismo camino. Es la misma que hoy te acompaña en esta pasajera dificultad, es la misma que hoy te llena de valor, te infunde fuerza y te colma de paciencia para sortear el sinsabor de la enfermedad, es la misma que hoy te lleva en sus brazos dejando en la arena solo sus huellas (¿recuerdas ese pasaje de tan bello poema?, es la misma que hoy le dice a nuestros corazones que pronto volveremos a disfrutar de tu alegría en nuestros constantes encuentros. PAYA, recuerda siempre que a DIOS te debes, que de DIOS dependes y que en DIOS debes confiar y agradecerle el milagro de la vida (somos afortunados al haber nacido) demostrando VALOR FUERZA Y PACIENCIA en esta dura prueba.
De todo corazón,
Julián.
Pereira 18 de abril de 2009.