11 de enero de 2015

La UMA

  • 11 de enero de 2015
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  • Escribo esta nota  haciendo uso del derecho a la opinión. El año viejo ya paso y el que llego comienza a envejecer.  No podemos conocer el pasado  sino dejamos a la juventud imaginar su porvenir. Conocer de ésta (la juventud)  sus inquietudes es hablar del presente así como de la cosa, del ser y de la idea como lo hacían los filósofos en la antigüedad.

    De los dioses y del hombre, de la materia y la metafísica, del cosmos y su diversidad, del Uno y su multipluraridad, del átomo y sus cientos de partículas, de la célula y su división, del alma y la materialidad. Del erutipmio que todo lo puede traspasar. Dirán muchos que soy un sofista y algunos se ubicaran conmigo con Pròtagoras y otros  con Sócrates, Platòn y hasta con Aristoles.  U otros dirán de mí, que soy un payazo, quizás si con un corazón en mi nariz que busca en efecto amar y amar más y más. He ahí la cuestión. De quien la razón, la verdad?

    En varias oportunidades he escrito y a mis interlocutores propuesto la creación de una Universidad Pública en mi tierra natal, advirtiendo que no podría en ella ser maestro de nada ya que lo único que poseo es un mar de dudas y millones de aporías sin salidas. Si, una falta de cultura que no es culpa de nadie sino mía. “la cultura general no puede estar constituida por nociones vacuas y superficiales, que no suscitaran interés y que, por lo tanto, no contribuirían a enriquecer la personalidad del individuo y su capacidad de comunicación con los demás”.

    Es de aceptarse que: “un hombre culto es aquel que tiene espíritu abierto, que sabe comprender a los demás y cuando, no reconocer del otro, y de las ideas u opiniones del otro su validez”, o el tener:” una cultura viva y formadora, holística, abierta al porvenir, aquel pues  qué no se asusta frente a lo nuevo. La cultura, está también en  la posibilidad aún de las mismas abstracciones operadoras, esto es: capacidad de poder actuar y por  lo tanto orientar la naturaleza de las cosas. Desde luego sin imponerlas arbitrariamente o aceptarlas sin el previo examen de su cualificación y cuantificación en fin de su posibilidad y su bondad. Lo contrario sería como pretender cocinar un buen alimento sin saber que propiedades tiene la sustancia a cocinar o hablar de la hermosura de una sonata sin poder de esta de gustar su carencia y armonía en el pentagrama musical. En síntesis: no puedo hablar de Beethoven si de éste jamás he escuchado su producción musical.

    Como hablar de un árbol si nunca he sembrado uno, ni a su sombra reposado?, o del agua si del musgo nada se? O de las estrellas si al firmamento tengo miedo? Si vivo en mi propia caverna y solo reconozco mi sombra por temor al sol?

    Se me excuse, aún no he podido distinguir cósmicamente la diferencia entre espacio y tiempo y si no lo he logrado como ser maestro? De física, biología, antropología, (¿?)  etc. Un poquito de derecho, de resto nada se. Algo sí vive en mi, como un epojé, lo que si no me anima es el dogmatismo cualquiera sea la escuela que a esta forma de pensar se me quiera imponer. Me encanta si los epiqueremas es decir la empresa o tentativa del razonamiento dialectico.

    Me cuentan que esa ciudad ya centenaria se gradúan por año varias centenas de bachilleres y, es por ello que de la Universidad Pública he aludido en varias oportunidades de tal “osadía” o mejor insensatez nada se me dicho a favor o  negación. Ni los ciudadanos del común ni los funcionarios públicos. Y  solo dos intelectuales me respondieron. De resto Silencio total.

    Tengo entendido que educar es formar ciudadanos no solo en tradiciones sino en ciencias, tecnologías y diferentes saberes. Prepararle para un mundo mejor en: conocimientos, oportunidades, productividad, emprendimiento y competitividad.

    Ahora bien: “No se trata de qué lado hay más dinero “sino donde está el deber”.

    En los años setenta se era entre los universitarios un analfabeta si no se conocía algo de K. Marx , hoy está en las primeras páginas Thomas Piketty – Francés- y como aquel  nos habla de la desigualdad en los países ricos o desarrollados y en los “Emergentes”. Y súrgeme unas preguntas: ¿cómo estamos de equidad, igualdad,  educación, vivienda, trabajo, democracia,  soberanía alimentaria,  protección al medio ambiente”?, ¿nos afectara o no el calentamiento global?

    Hasta cuando soportara la naturaleza nuestra ignorancia y soberbia?
    Aldemar Gómez Ocampo
    Enero 08 de 2015. Cali-
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    |WebMaster - Alirio Acevedo Sánchez|
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