22 de septiembre de 2013

Hernando Gutiérrez Aristizábal

  • 22 de septiembre de 2013
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  • Hernando Gutiérrez Aristizábal, nació en Sevilla Valle del Cauca,  en el año  1946. Colaborador en las páginas literarias de los diarios El Colombiano, El Mundo y El Universal. Ganador de concurso de cuento nacional con La noche de la edad. Primera mención en concurso de cuento con El regreso, universidad del Quindío. Además de poesía libre, ha escrito cuentos cortos como La historia del balón, Su primera tristeza, El hombre de las palomas, Cuento de navidad y La otra final. Actualmente trabaja en las novelas breves Otra historia y El agua y en el poemario El siglo.
    La nueva poesía
    La aurora milenaria, develó, en la mañana, como siempre, desde el inicio de la vida, la luz matutina para el comienzo de un nuevo día. El rosal, en ese amanecer, distinto: sus pétalos mustios, mancillados por un oscuro y aceitoso residual. El blanco de las margaritas, tiznado. Las praderas sin el pacífico verde en los oteros. Los árboles tumbados y la algarabía de la fauna yacen en los restos de las aves y los seres extenuados. La pacífica gárrula de las quebradas, en silencio.

    Al frente, izado, el metódico brazo de la retro, excavando y derribando a natura. Muchos mástiles foráneos que se entierran y enderezan socavando el pedernal del mundo, mostrando desafiantes enseñas de la Exxon company, Drummnond, Angalo Gold Ashanhate.

    Lugareños campesinos siguen de pobres a miserables desplazados, tirados en los andenes. Los otros, los dirigentes criollos, lejos, canallas, disfrutan, glotones, de los beneficios de la entrega.
    Concesiones ocultas de los modosos caínes de la vida, que nos regalan a las multi-nacionales que indolentes en su poder devastan las tierras de nosotros. Sigue la conquista.

    Los rapsodas que vienen, no cantarán admirados, en su inocente gozo, a los reinos de natura; no rimaran por la floresta, ni por la arboleda, ni llevarán a su amada hacia la umbría, junto al río, en el comienzo del gozo natural de una furtiva pasión. Sus versos arrasados dirán sobre el suelo yermo, las colinas sin sombras. El pañuelo de las palomas, por insectos dementes por los soles eternos sobre la pavorosa geografía de la muerte.
    Todos los derechos reservados
    |WebMaster - Alirio Acevedo Sánchez|
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