22 de septiembre de 2009
El billion inglés o francés no significa billón
En el mundo hay varios miles de lenguas y entre ellas se presenta continuamente una retroalimentación. Si a ello le agregamos el creciente auge de recursos como la Internet , nos encontramos en una manifestación de las comunicaciones jamás vista. Y cada día será mayor su desarrollo.
El inglés es, posiblemente, la lengua que más influye en las otras del mundo.
Esto ha hecho que el español, por ejemplo, reciba una incesante cascada de giros y términos ingleses que, una vez manipulados por los hispanohablantes, pasan a engrosar el léxico activo y, en muchísimas ocasiones, ya no se podrá prescindir de ellos.
Es el caso aberrante muy utilizado en los diversos medios de comunicación. Se trata de billion, utilizado por muchas personas como equivalente a billón.
Hay muchas publicaciones en las que se puede consultar este caso. Sin embargo, mencionemos sólo el Dictionary of Spanish False Cognates, donde se lee muy claramente: Billón (m.) es un trillón en los Estados Unidos y en Francia. El cielo parece tener un billón de estrellas. It seems like the sky has a trillion stars. Billion en los Estados Unidos y en el Reino Unido no se llama billion, sino mil millones. Para traducir one billion de los Estados Unidos al mundo hispano, se usa la cifra mil millones (aunque también existe, desde hace relativamente poco tiempo, el término millardo). En numerales, un billón necesita doce ceros, mientras one billion necesita sólo nueve ceros. La ganancia es de dos mil millones de dólares. The profits are two billion dollars .
Basados en lo expuesto, la Tierra no tiene seis billones de habitantes, sino seis mil millones.
Vemos, entonces, que la diferencia es de la bobada de tres ceros a la derecha, bastante significativos.
Otra incoherencia muy socorrida tiene que ver con la pound del inglés que, para nosotros es una libra de 454 gramos, en lugar de los 500 gramos de la nuestra.
Hay mucho en juego en esta bendita transferencia.
Preparémonos, porque Bogotá y Cundinamarca tendrán que ser bilingües dentro de diez años, y si vamos a manejar las cifras de forma tan caótica, los faltantes van a ser monumentales y los contadores van a tener que enfrentar muchos problemas.
Autor Antonio J. Arias B. Filólogo y Periodista