25 de septiembre de 2011
Análisis Semántico:
Trata y Tráfico en Contextos de Movilidad Humana en el Mundo Hispano-Hablante
Hay una cierta discrepancia entre los movimientos hispano-hablantes y los demás cuando se toma en cuenta el tema de la trata de personas en contextos de derechos humanos y crímenes internacionales. El concepto es una modificación contemporánea de la trata de blancas, un concepto que expresaba la captura y traslado de mujeres blancas con fines de explotación sexual. En el siglo XIX surgieron casos masivos de captación, traslado y explotación sexual de mujeres blancas que atrajo atención internacional. La esclavitud institucional ya daba cierto raciocinio a la explotación de las mujeres negras pero resultaba inaudita la explotación de mujeres blancas. Por consecuente se inicia en París la conferencia internacional para la represión de la trata de blancas en 1899 y el 30 de septiembre de 1921 la Sociedad de Naciones adopta un acuerdo internacional de lucha contra la trata de blancas. Este término evolucionó a trata de personas para no limitarlo por género ni por edad en organizaciones subsecuentes, gubernamentales y no-gubernamentales, como la Fundación ESPERANZA, el ministerio de relaciones exteriores de Colombia, la oficina de droga y delito trasnacional y el alto comisionado para los refugiados de la Organización de Naciones Unidas.En cambio, en otras lenguas, por ejemplo en el inglés, el portugués, el francés, el italiano y en el rumano se usa el termino tráfico de personas para expresar la captación, transporte, traslado, o recepción de personas recurriendo a la amenaza, al uso de la fuerza, rapto, engaño, fraude, abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad, con fines de explotación sexual, laboral o de otra índole y se usa el termino contrabando en vez de tráfico para la facilitación de la entrada ilegal de una persona en un Estado […] del cual dicha persona no sea nacional o residente permanente con el fin de obtener, directa o indirectamente, un beneficio financiero u otro beneficio de orden material. Etimológicamente, tráfico tiene una connotación de movilidad que no es tan imperante en trata y si se va conceptualizar una estructura de conocimiento sobre los derechos humanos en contextos de movilidad a nivel internacional es mejor tener cierta coherencia conceptual que transcienda barreras culturales y lingüísticas.
La palabra tráfico proviene del latín vulgar transfricare (trans: a través de; indica cambio o mudanza) + (fricare: tocar/manosear) y quizás también de la palabra árabe tafriq (distribución).1 El uso moderno proviene del italiano trafficare del siglo XIV que significa comerciar. La Real Academia Española define traficar como: comerciar; negociar con el dinero y las mercancías. Ósea que la palabra implica movimiento de objetos con fines de intercambio comercial. Es importante mencionar que al uso contemporáneo de traficar se le aplica un sentido de legalidad, en particular cuando se refiere al tráfico ilícito. Solo se puede deducir que fue por esta razón que se decide emplear el término tráfico para expresar la comercialización ilícita de armas, drogas y seres humanos a nivel internacional y el mundo hispano-hablante surge como la excepción por un eufemismo usado desde hace dos siglos.
“El término `trata´ es un eufemismo conveniente que busca eliminar la dimensión ética del concepto implícito en “la trata de esclavos”. Un término mucho más apropiado es el de “comercio negrero”, pues la palabra “negrero” ha conservado la carga de infamia que implica rebajar al ser humano a la categoría de mercancía. En cualquier caso, ambos términos se nos presentan en el siglo XXI como lejanos, como desprovistos de verdadero significado.”2 Partiendo de este punto se puede reconocer la falta de significado que tiene la palabra trata y a la misma vez la oportunidad que tenemos de darle significado en contextos de derechos humanos. Hay que aprovechar que esta palabra ya está ligada a la explotación del ser humano, mas sin embargo hay que reconocer que la explotación no solo existe en contextos de movilidad.
Tratar viene del latín Tractatio que significa manejar o usar materialmente a un objeto.3 En la décima edición de la Real Academia Española (1852), antes del auge del comercio de esclavos blancos, no se reconocía la palabra trata. Solo fue a finales del siglo XIX que surgió esta palabra con uso popular en la lengua española. Sin poder aplicar el término negrero ni concebir una mujer blanca como esclava surgió el uso del término trata de blancas. Este uso erróneo y eufemístico caló por todos los entes internacionales y nacionales hispano-hablantes y hoy la RAE define el término trata como “tráfico que consiste en vender seres humanos como esclavos.”.
Aunque este desvío histórico-lingüístico fue proporcionado por una ambigüedad moral hacia la institución del esclavismo, ahora nos presenta una oportunidad para conceptualizar la trata de otra forma y que solo se presenta en el mundo hispano-hablante. Pues bien se ha dicho que tratar es el uso de un objeto pero al aplicarse este a lo social se puede plantear no tanto como uso de un objeto sino como interacción entre sujetos. Resulta “necesario poner el acento en la comprensión del individuo, de sus intenciones, sus acciones, sus razones y sus motivos… porque al fin de cuentas son los individuos la causa ultima relevante para las ciencias sociales.”4
Se debe quitar uno el sombrero ante aquellas organizaciones, cuyos individuos han podido sacar a la luz estas injusticias de DDHH en contextos de movilidad, y cuya labor ha presentado ante toda América Latina y el mundo que con conocimiento, dedicación y esfuerzo un mundo mejor es posible e imprescindible. Existe hoy una conciencia sobre temas sociales más amplia, pues las injusticias que hace veinte años se sufrían y callaban, hoy se luchan, y se exigen los derechos inherentes en todo humano. Se les exige a toda organización, gubernamental y no-gubernamental, local, regional. Nacional e internacional.
Mas sin embargo, no se escucha mucha exigencia al individuo, tanto a los explotadores como a las víctimas y los que abogan por ellos. La trata es un concepto ético que se emplea de persona a persona y se tiene que estudiar no solamente por sus efectos abstractos, manifestados en los cambios de costumbres y políticas, pero también en sus aspectos subjetivos, manifestados en el cambio de la persona que produce.
La lucha para combatir la mala trata de las persona hacia las personas debe romper con esas barreras divisoras que crea el radicalismo moral y el terrorismo político. Pues cuando partimos que existimos como seres entre otros seres podemos deducir que “a lo que más involucramiento tenga uno con los demás, más son los conflictos de interés o de carácter y circunstancia que surgirán. Estos conflictos cuando son personal, crean la actividad que llamamos ética, y cuando son sociales o públicos crean la actividad política.”
Siguiendo esta misma línea propongo sacar la trata del confinamiento de la movilidad humana. Pues la trata es el libre ejercicio de un individuo sobre o con otro individuo y abarca temas éticos y morales fuera de la movilidad humana y requiere un marco epistemológico integral para situarla en su debida posición. Quizás sería prudente a futuro investigar la relación entre la trata de personas y la historia de los derechos humanos, pues de la maldad y abuso de la trata surge la indignación y exigibilidad de estos derechos. La libertad, según Kant, es nuestro único derecho como seres humanos, mientras y cuando, sea compatible con la libertad de los demás.
La meta a corto plazo es remediar ese error semántico de la comunidad hispano-hablante en el uso de la trata y el tráfico. Sin intenciones de homogenizar, si propongo reflejar sobre la nomenclatura empleada en los estudios de movilidad humana. Pues, como dice Davidson, resulta “absurdo estar obligado con un lenguaje, en lo que respecta al lenguaje, nuestra única `obligación´, si esa es la palabra, es hablar de modo tal de lograr nuestro propósito, siendo comprendidos como esperamos y nos hemos propuesto. Es un accidente, aunque uno frecuente, si esto requiere que hablemos más o menos como lo hacen los otro en nuestra comunidad.”6 El propósito de cambiar el uso del término trata a tráfico, cuando se habla de derechos humanos en contextos de movilidad es precisamente para ser comprendidos como esperamos y nos hemos propuesto. La palabra tráfico por su misma historia etimológica es la más adecuada a usar – abriendo el espacio para hablar de la trata de personas en contextos éticos y políticos fuera de la movilidad humana.
Andrés Ceballos Osorio:...