23 de septiembre de 2014
Para recordar
También la poesía tiene olor a Patria. Y esa aroma
alguna vez estuvo aferrada por muchos años de una de las paredes del edificio
más emblemático de la infraestructura
de Sevilla.
No sé, si algunos recordaran y por sobremanera la juventud
de mi patria chica, el regalo
que nos hizo el formidable prosista, novelista, critico y
poeta Don Carlos
Castro Saavedra, nacido en Antioquia , tierra de la que se dice, llegaron muchos de nuestros fundadores.
Cundo hablo del precioso regalo del poeta me
refiero al poema que se empotro en
la pared del primer piso de la Alcaldía lado externo y que conocimos como:
“Por los Caminos de la Patria”.
Se dice que la ingratitud es muestra de poco agradecimiento. Y como que
en el caso nuestro, ha sucedido que así es.
¿Se ha
escuchado alguna vez preguntarse
por la intelectualidad o el concejo y dirigentes, como por creadores y
gestores de la cultura donde está la placa, sobre la cual había quedado escrito en letras de material
anti corrosivo el poema que al pueblo Sevillano aquel antioqueño le legó?.
Es como si aceptáramos que somos en mucho
superiores a ese hombre que nos honro
con sus letras, algo así como: “Après nous, le dèluge” (después de
nosotros, el diluvio. Luis XV).
Más, ha de
saberse que los poetas son una raza irritable y por ello muy
susceptibles como lo decía Horacio en sus epístolas. No lo puedo afirmar yo
pues no conozco en efecto las letras, pero me dicen y afirman que allí si los
hay.
Que no sea ley común entre nosotros la
indiferencia y de ella aprendan pues las generaciones que vendrán.
Que no sea que nuestro pueblo siga deshojándose como un árbol en el otoño,
sin esperanzas de una nueva primavera, es la invitación que hago a los
escritores de mi terruño, para que nazca de nuevo el sentido de
respeto por lo nuestro y por las
creaciones imaginarias de los demás.
Aldemar Gómez Ocampo
Santiago de Cali, septiembre 23 de 2014