18 de noviembre de 2013
Llegó diciembre con su música parrandera paisa
Regresa la navidad y con
ella los recuerdos de aquellos diciembres vividos en esa Sevilla que se nos
fue. A la mente regresan imágenes, olores y sabores, y sobre todo sonidos
decembrinos, incluyendo con ellos un género musical que no quiere irse a pesar
de los años; les hablo de la música parrandera paisa, que en muchas veredas de
Sevilla y en particular en Maulén, Cebollal y Calamar de donde proviene gran
parte de mi familia, les llamábamos Merengues a este tipo de música, ese nombre
se le empezó a dar cuando no se tenía ni idea de que era el Merengue dominicano
pero creo que se le dio por la influencia en todo el país de Guillermo Buitrago
y su música.


Pero ¿qué es y de dónde viene toda esta
música?
La música parrandera es un género musical que
abarca varios ritmos como el paseo, el merengue, el son paisa, la rumba, el
baile bravo e incluso el currulao.
Según el doctor Alberto Burgos Herrera,
médico y folclorólogo de la Pontificia Bolivariana quien escribió un libro
sobre el tema, la música parrandera paisa es toda esa gama de melodías
antioqueñas generalmente de origen humilde y campesino interpretadas con
instrumentos de cuerda y viento, picarescas, maliciosas, algunas de doble
sentido y que en nuestro medio son pieza fundamental en los diciembres.
Sin embargo es importante agregar que si bien
nació en Antioquia, este departamento no es el único con el privilegio de
producir música parrandera paisa, pues es injusto con tantos artistas del eje
cafetero incluyendo en esta región a parte del Tolima y por supuesto en Norte
del Valle donde Sevilla tiene varios representantes.
Según cuenta el doctor Burgos en su libro
esta música es bastante antigua y al llegar de toda Antioquia a Medellín campesinos desplazados por la
violencia de los años 40 y 50 que tocaban muy bien y con la industria
fonográfica en auge que tenía esta ciudad, sólo era cuestión de tiempo para que
apareciera este género musical en escena. Al menos hubo algo rescatable de esa
época de la violencia.
Esta música tiene una relación con el gran
Guillermo Buitrago quien alrededor de 1946 se empezó a escuchar en Antioquia,
muchos de los pioneros de la música parrandera cómo: José Muñoz, Agustín
Bedoya, Joaquín Bedoya, Neftalí Álvarez confiesan que al principio tocaban
música de Guillermo Buitrago, fue su
gran influencia y con ella se inspiraron.
En el año 1938 surgió una canción recordada
por todos y que se conoce como la primera de este género que se grabó, se
llama: 24 de diciembre, compuesta
por el Mono González, antioqueño de Titiribí por si no la recuerdan por su título,
es la que dice así: Llegó diciembre con su alegría mes de parranda y animación… Esta canción fue grabada en México
por Pepe y Chávela con mariachi y se escuchó en toda Latinoamérica.
La primera canción de doble sentido grabada
fue igualmente del Mono González llamada Mándeme
Aguinaldo, que fue grabada por el
mexicano Valedor Ramírez.
Según el
mismo doctor Burgos, la música parrandera actual es hecha solo con fines
comerciales, se utiliza el doble sentido y la vulgaridad porque saben que esto
les representa buenos dividendos sin embargo anteriormente el campesino
compositor hacia sus canciones porque les gustaba, porque era su pasatiempos y
prueba de ello es que la gran mayoría de los músicos pioneros de este género no
consiguieron dinero y tenían otras actividades económicas.
Al igual que el reggaetón y algunos géneros
populares, la música parrandera paisa tiene letra vulgar y en ocasiones
denigrante pero la gran diferencia es que mientras los demás expresan sus
grotescas letras con fines claros y directos, la música parrandera lo hace con
un objetivo humorístico. Como dice la frase de Michel de Montaigne “Nadie está libre de decir estupideces, lo malo
es decirlas con énfasis” o en otras
palabras nadie está libre de decir pendejadas lo malo es decirlas en serio, decirlas
en serio como lo hacen por ejemplo los narcocorridos.
Siento nostalgia por esos diciembres tan
alegres que se vivían en nuestra Sevilla, cuando navidad no empezaba desde
octubre y no era necesario comprar nieve artificial porque el verano de esa
época era ideal para que todos los primos jugáramos y en los campos de Cebollal,
Calamar y Maulén, tampoco era necesario un árbol de navidad ni cuanta cosa se
les ocurre a los gringos porque éramos felices con nuestras propias costumbres,
olía a buñuelos, natilla de maíz, arequipe valluno y pólvora pero no
proveniente de las armas de grupos armados sino de las mechas de tejo, la tarea para los niños era ir a buscar
helecho seco para chamuscar el marranito y todas, todas estas actividades se
acompañaron de esa amiga inseparable que nos soltaba risas y a veces
carcajadas: la música parrandera paisa.
Por: Álvaro William Pineda Tabares