15 de noviembre de 2014

La Casa de la Cultura y los Festivales

  • 15 de noviembre de 2014
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  • Esta   institución  nacía por allá en 1.975, concretamente un Tres Mayo. Duro pocó. A los ex alcaldes poco le gusto, y menos a los ilustres gatopardista o lampedusianos criollos que al  palacio llegaban como responsables del cuidado de la cultura, el presupuesto, uso del suelo y el medio ambiente y claro a reclamar puesticos.

    Ante la desidia  llegaron nuevos seres animados por la cultura y crearon la hoy llamada Fundación Casa de la Cultura. Bonita edificación tiene hoy.

    Nadie con mediana ilustración  puede aducir que la música, el baile, y el arte, en fin no son cultura, sería tanto como decir que Mandela es el gestor de los  reinados de belleza. Como que los tales reinados  también hacen parte de la cultura.

    Bien, desde hace   un poco mas de 12 años he venido tercamente proponiendo la creación de una Universidad pública, que se interese en nuestro medio cultural de la agricultura y  con esta de su ciencia y tecnologías, a más del mercado de los productos y sus agregados,  la seguridad alimentaria, para medicina y hasta para la coquetería como lo es  la cosmética.

    No se trata en estos renglones de un discurso Gatopardista o Lampudista, “que todo cambie para que  nada cambie “(Giuseppe Tomasi Dé Lampedusa).

    A mi personalmente me encanta la música, el danzar, rimar y  con mi menguada  semántica, ensayar a pensar plasmando en el papel o  el ciberespacio renglones que me  permitan hacer mi catarsis para no en loquecer. O como dicen los ilustres, para   ejercer  sana ludópata actividad que es típica tarea  de algunos señoritos de la bondadosa vida y  para gozar plenamente de la libertad. Esa que los desventurados divididos por la economía en clases sociales no pueden tan siquiera advertir.

    ¡Serán incompatible música , y  la universidad?
    ¿Cuando en la Capital Cafetera de Colombia se realizará, en  sonoro festival de la ciencia, el aprendizaje y la tecnología. Con bambucos, tangos, boleros, y jazz?
    Muchas décadas atrás  dijo el médico y premio nobel de origen español Don  Santiago Ramón y Cajal, al referirse a su país  sobre el tema de cultura (y que conste allí también se bailaba y danzaba además de sonar las castañuelas, y escucharse en teatro a los cantaores a más del rítmico taconear): “que  a esta   le hacía falta la rueda de la ciencia” en lo que tenía razón. Según muchos sabios deducen: para llegar lejos hacen falta las cuatro ruedas. Admitamos pues de buena gana por ahora y aplausos al festival el 14, 15 y 16 de este mes en la Sevilla “castañuela arrebatada”.

    Reto a la Fundación a conquistar del Gobierno Nacional la fundación o instalación de la Universidad pública,  UMA la llamo yo.
    Que suene pues los instrumentos.
    Fdo., Aldemar Gómez Ocampo.
    Nov.14 de 2014. Cali.   
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    |WebMaster - Alirio Acevedo Sánchez|
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